Por encima de la caña la soja y el maíz, las microalgas se destacan.Investigadores de la Universidad de Antioquia destacan su potencial.
Por Laura Victoria Botero Berrío
Medellín
A la profesora Lucía Atehortúa Garcés una idea le ha dado vueltas en la cabeza hace varios años: ¿cómo lograr que las microalgas se conviertan en productoras de hidrocarburos?
En otras palabras, se trata de convertir los microorganismos que crecen en aguas detenidas, en material potencialmente útil para la generación de combustibles.
Hace diez años la idea se planteaba casi como un sueño imposible. Pero como ella es científica, no sabe desistir y persistió en su empeño. Encontró que en Medellín había un escenario ideal para el desarrollo de la investigación.
El lago del Parque Norte es la referencia local que usa la profesora Atehortúa. «Empezamos a trabajar la microalga del Parque Norte, se aislaron los hidrocarburos, se mandaron a analizar y vimos lo que se podía obtener. En ese momento tratamos de conseguir recursos para la investigación». Pero como ella misma lo indica, «nuestras empresas son muy tímidas con este tipo de proyectos». No hubo apoyo.
Un estudiante de ingeniería química decidió desarrollar su proyecto de grado con este tema y demostró que había muchas posibilidades.
Al pasar los años, la preocupación sobre la crisis energética en el mundo se convirtió en tendencia y miles de investigadores se concentraron en este tema. Atehortúa y su equipo en el Instituto de Microbiología de la Universidad de Antioquia encontraron, por fin, una coyuntura favorable.
La universidad, amiga de respaldar este tipo de sueños, facilitó los recursos para el desarrollo del estudio y está dispuesta a ir más allá, hasta el establecimiento de un prototipo de cultivo de microalgas para la producción de biodiesel.
La triple opción
Las microalgas son, según el Atlas de Microorganismos, «individuos unicelulares o pluricelulares, cuyas células funcionan independientemente, realizando todas las funciones vitales. La alimentación, en general, es fotosintética».
Atehortúa Garcés indica que las microalgas son hoy en día consideradas la alternativa ideal para la producción de biocombustibles.
«En Argentina, en la región de Chubut, hay un cultivo en campo abierto que produce 10 toneladas diarias de biodiesel. El cultivo consiste en varios estanques con forma de hipódromo, de 30 centímetros de profundidad. Allí están las microalgas que absorben el CO2 del ambiente para la producción del aceite».
Otra de las ventajas que encuentra esta científica en el uso de microalgas para biodiesel, tiene que ver con que, a diferencia de lo que sucede con el maíz, la soya, la caña, la soya o la palma africana, éstas no amenazan la seguridad alimentaria.
Según esta investigadora, Colombia podría ser un país que, no solo se abastezca internamente de biodiesel, sino que cuente con opciones para exportar sus excedentes.
Más competitiva
La producción de biodiesel a partir de microalgas es, en palabras de Atehortúa, mucho más competitiva que la que se obtiene de los productos agrícolas. (Ver gráfico).
Además de la producción de biodiesel, los cultivos de microalgas permiten la limpieza del medio ambiente gracias a que capturan del aire el CO2. «Un sueño al que le estamos trabajando es el de crear una estructura arquitectónica en la ciudad que tenga esas dos funciones: la de producir biocombustible y la de limpiar el CO2 nocivo del aire», dijo.
Los investigadores se precian de esta idea. Es bastante innovadora y saben que en el mundo no hay experiencias similares. ¿Qué falta? Un soñador en grande con ganas de invertir y de ganar.
Fuente: El Colombiano.com