biocombustible

Integración agroindustrial: una cadena con maní, aceite y biodiésel

MOLYAGRO-BIODIESELLa empresa Molyagro puso en marcha una planta con tres unidades de negocios.

Tancacha

Cuando en 1964 Oscar Gentili creó Imegen (Industrias Metalúrgicas Gentili) quizá nunca se imaginó que la Pyme, que en sus inicios se dedicaba a la reparación de equipos y fabricación de soportes de rodamiento de máquinas maniceras, sería luego de 40 años la nave insignia de un proyecto de integración agroindustrial. 

Hoy, en manos de sus hijos Oscar, Marcelo y Ricardo y de su esposa Lucía Rainero, la metalúrgica dedicada a la fabricación de equipos para la industria aceitera y de plantas modulares para la elaboración de biocombustibles, es la base de fundación a partir de la cual se construyó Molyagro, un emprendimiento que conjuga tres unidades de negocios: la selección de maní, la elaboración de harinas y aceites de oleaginosas y la producción de biodiésel.

La nueva empresa comenzó a gestarse en 2004, cuando la familia Gentili e inversores de Buenos Aires adquirieron en remate judicial las instalaciones que la ex Federación Argentina de Cooperativas Agrarias (Faca) tenía en Tancacha. «Una de las decisiones más duras que tomamos cuando decidimos hacer la inversión, y que gracias a Dios se pudo concretar, fue restablecer el complejo industrial como alguna vez había funcionado», explicó a La Voz del Campo Oscar Gentili, horas antes de que Molyagro pusiera en marcha esta semana el primer módulo de procesamiento de 50 toneladas diarias de soja en la planta de aceites y harinas, con tecnología Imegen. El proyecto, que prevé una inversión total de 4,7 millones de pesos y dará trabajo a 46 personas, fue presentado ante el Ministerio de la Producción y gozará de los beneficios de la ley provincial de promoción industrial.

Por tres

El proceso de reconversión de la ex planta de Faca, luego de más de 10 años sin funcionar, combinó la restauración de lo existente con la incorporación de nuevos eslabones de la cadena agroindustrial.

De las instalaciones y equipos que ya estaban en el predio de 33 mil metros cuadrados se reparó a nueva la planta procesadora de maní confitería. La unidad comenzará a funcionar con la cosecha próxima y tiene una capacidad operativa para la selección de cuatro toneladas por hora.

La extracción de aceites y harinas vegetales, a partir de un planta modular que trabajará en el futuro con una capacidad final de 200 toneladas por día, y la elaboración de biodiésel, a partir de marzo cuando se termine el montaje de un equipo para elaborar 12 mil litros diarios sobre la base de soja, colza, girasol o cártamo, son los integrantes de la nueva tendencia agroindustrial. Todos funcionando en un predio de tres hectáreas ubicado sobre la ruta provincial 6. «Son tres unidades de negocios independientes, cada una de las cuales va a largar al mercado un producto final», aclaró Oscar.

Si bien para la provisión de la materia prima –maní, soja y colza– está contemplada la compra en el mercado, la idea de los industriales es desarrollar una sinergia con los productores de la región que también los haga partícipes del proceso de agregado de valor. La estrategia, según Gentili, pasaría por integrar a los agricultores en un proceso de mejora del rendimiento económico de sus granos.

Maní

La planta procesadora (selección) de maní confitería estará lista para operar en la próxima cosecha. Ya terminaron las pruebas de calibración y se trabaja en los ajustes finales de los paneles de control. «Vamos a entrar en un mercado que en la zona hace 20 años que no está. Va a costar un poco más integrarnos. En el primer año va a depender del volumen de maní que consigamos. Más si tenemos en cuenta la tecnología disponible que hoy tienen las grandes industrias maniceras en la provincia», observó Gentili. A las 46 personas que trabajarán en el complejo se sumará un plantel de mujeres que tendrá a cargo el trabajo de «picoteo» (selección manual).

Aceites

La conjunción entre los aceites y el biodiésel es un tópico que Imegen viene desarrollando desde hace cinco años a través de una convenio con la Universidad Tecnológica de Villa María y la Federación Agraria Argentina (FAA). La experiencia acumulada en la fabricación de prensas para la extracción de aceites (de tornillos continuos sin el uso de solventes) y en el desarrollo de plantas de biocombustibles para autoconsumo (colocó siete en el ejercicio 2006/07) fue el paso previo para desarrollar Molyagro.

Si bien el aceite es la materia prima esencial para la elaboración de biocombustibles, en la estructura de la nueva empresa está pensado como un producto independiente. «De acuerdo al mercado se puede tener una posición hacia la venta de aceites o, en su defecto, de biodiésel en un proceso de mayor valor agregado», sostuvo Gentili.

La demanda insatisfecha que hoy muestra la producción de aceites hace que el derivado de las oleaginosas tenga un nicho de mercado propio, más allá de su utilidad como insumo para la elaboración de biocombustibles. Alimentos Tancacha, una empresa procesadora de aceite y harinas en la cual participa Imegen, es un ejemplo de ello. «Acabamos de cumplir con un contrato de 200 toneladas de aceite crudo que se enviaron a Chile como alimento (aporta energía) para la producción de salmones», precisó Ricardo Gentili. La empresa, que tiene una capacidad para industrializar 32 toneladas por día, envía en forma semanal 85 toneladas de harina a Mendoza.

Alimentos Tancacha está a la espera de que le autoricen el nuevo contrato por mayor demanda de energía para duplicar su producción. Fue una de las primeras plantas en el país en utilizar una extrusora (por fricción mecánica) para el desactivado de la soja y el prensado para la obtención de aceites.

Oportunidades

La presión que la demanda ha ejercido en los dos últimos años sobre el aceite crudo de soja se nota en el precio: pasó de 360/380 dólares la tonelada a fines de 2005 a 640 dólares en la actualidad. Con estos valores, la utilidad bruta del crushing (molienda) ronda entre 10 y 12 por ciento, de acuerdo con los números que exhibe Oscar Gentili.

“Respecto a si vamos a vender aceite o lo vamos a destinar a elaborar biodiésel va a ser una decisión en función del mercado. Estamos preparados para comenzar a vender aceite y también para acopiarlo como materia prima para, a partir de marzo, hacer biocombustibles”, apuntó el empresario, quien también se desempeña como presidente de la Cámara de Productores de Biocombustibles de la Provincia.

Hasta el negocio del maní tiene proyectado meter una pata en los aceites. La planta tiene la factibilidad de procesar el grano industria (descarte de la selección) y generar un subproducto de buena calidad. “Como es un proceso de extracción por prensado, en el cual no interviene ningún solvente, tiene las característica de ser orgánico”, apunto Marcelo Gentili.

Biodiésel para Chile

La planta de biocombustibles que comenzará a operar en marzo tiene algunos cambios respecto a la que Imegen construye para el autoconsumo de productores. “Será más automatizada. Las modificaciones las está definiendo la Universidad Tecnológica de Villa María; estamos con la terminación del detalle de ingeniería para comenzar la construcción definitiva”, precisó Gentili. Comenzará a trabajar directamente con una producción de 12 mil litros diarios.

Su relación con la planta de aceites va a estar en función de la semilla oleaginosa que pase por la extractora. “Si yo proceso 100 tonelada de soja por día obtengo alrededor de 12 toneladas de aceite, lo que estaría en línea con la planta de biodiésel”, ejemplificó el industrial.

La relación cambia cuando la que interviene es la colza. Permite gastar 50 por ciento menos de energía, debido a que en el proceso no intervienen los tornillos extrusores. Además de proveer más cantidad de subproducto. De cada 100 toneladas de colza se obtienen 36 toneladas de aceite. “Genera tres veces más de materia prima que la capacidad instalada para hacer biodiésel, lo que me permitiría acopiar para comercializar”, comparó. Ante las ventajas que ofrece la colza, la Cámara de Productores de Biocombustibles de Córdoba y el Ministerio de la Producción trabajan en un proyecto de desarrollo y difusión del cultivo de la oleaginosa en la provincia.

La producción futura de la planta de biodiésel tendrá como destino Chile, ya sea como mercado o como salida por el Pacífico.

Alejandro Rollán
De nuestra Redacción
arollan@lavozdelinterior.com.ar
Fuente: La Voz del Interior

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