Anuncio de una inversión multimillonaria

noticiaLa construcción de una planta elaboradora de biodiesel en el puerto local fue anunciada por el intendente Cristian Breitenstein y los representantes de la firma inversora Greenlife, en el salón Estomba del Palacio Municipal.
«Queremos transmitir a la comunidad la decisión que ha tomado una empresa internacional, de capitales norteamericanos, de instalar su actividad productiva en la ciudad de Bahía Blanca», dijo el intendente.
La planta, que comenzaría a construirse a principios del año venidero y entraría en producción a fines del mismo, demandará 32 millones de dólares de inversión y abarcará 35 hectáreas en el área lindante a Compañía Mega, en la zona de Cangrejales, frente a puerto Galván.


A propósito de este anuncio, en la sección «Campo» de esta edición, se publica un informe complementario referido al biodiesel.
«Luego de hablar con el Consorcio de Gestión del Puerto, la Zona Franca y el municipio, ayer fue formalizada la decisión de instalar en Bahía Blanca esta nueva industria, que implica una novedad para la ciudad y la región, por un monto cercano a los 32 millones de dólares en forma progresiva, durante el próximo año», agregó Breitenstein.
En una primera instancia, la planta tendría una capacidad de producción de 150 millones de toneladas anuales, destinadas a la exportación.
Para su funcionamiento, requerirá el trabajo simultáneo de apenas diez operarios. Teniendo en cuenta los turnos, unas 30 personas estarían vinculadas directamente con la firma, desde el punto de vista laboral.
«Hace un par de meses, representantes de la empresa estuvieron por Bahía, haciendo las primeras tratativas y los primeros diálogos, viendo la factibilidad logística y económica de producir biodiesel», comentó el jefe comunal.
«Considero que esta iniciativa es bienvenida. Probablemente, sea uno de los montos de inversiones más importantes de la última época, en la ciudad», añadió.
Lo que resta.
Una de las etapas que resta superar para la cristalización del proyecto es la obtención de las habilitaciones; entre otras, las vinculadas con el impacto ambiental.
«La idea es acompañarlos desde lo institucional, desde lo que corresponda, ante todos los organismos provinciales y nacionales; destrabar cualquier cuestión burocrática que se pueda presentar», concluyó Breitenstein.
Visión empresaria
Ramiro Marini, director de Greenlife, dijo que una de las razones por las que se tomó la decisión de instalar este proyecto en Bahía Blanca, después de haber hecho estudios de factibilidad en todo el país y en Sudamérica, fue por el apoyo de la Municipalidad, del Consorcio de Gestión del Puerto y del Ente Zona Franca Bahía Blanca-Coronel Rosales.
«La decisión de hacer la inversión la tomamos, justamente, hablando con el señor intendente, esta semana. Ahora, estamos trabajando en la obtención de los permisos», destacó.
Otros representantes de la empresa que se sentaron junto al intendente fueron Jacques Simoncelli, director; John Kinney, director, y Martín Bayúgar, asesor letrado.
En otro orden, Marini adelantó que empresas locales podrían participar de la construcción de la planta.
«En este momento, estamos recibiendo cotizaciones de tres o cuatro empresas, entre las que hay firmas locales», expresó.
Consultado si la planta generaría algún tipo de impacto ambiental respondió terminantemente: «No, para nada. Bueno, lo único que tienen todas las plantas de biodiesel, que hay que salvar, es saber qué hacer con la glicerina. En nuestro caso, es una de las cartas que tenemos escondidas: sabemos cómo usar la glicerina y darle un uso comercial».
Comentó que la materia prima llegaría a través de camiones y de tuberías, aunque no brindó especificaciones al respecto.
En cuanto al producto, no descartó la posibilidad de que sea exportado en contenedores.
«Aunque parezca mentira, estamos pensando la exportación del biodiesel en contenedores. La otra alternativa es la carga de los buques a través de una tubería. En un primer momento, vamos a trabajar con cuatro procesadores de 37,8 millones de toneladas por año, que van a empezar a abrirse gradualmente, en 2007», anticipó.
En cuanto a la cantidad de personal, dijo que, si bien no será importante la que estará vinculada en forma directa a la empresa, se generará el requerimiento de mano de obra indirecta.
«Creemos que la producción de biocombustibles no tiene que seguir el modelo tradicional de las petroleras. Entonces, puede haber una integración vertical con el productor. La Argentina es un país que tiene 50 millones de hectáreas de tierras improductivas, que no tienen un uso actual para la producción de alimentos, pero sí tienen un uso para cultivos con aceites oleicos que pueden dedicarse a la producción de biodiesel.
«Justamente, esperamos que nuestro proyecto, no sólo a nivel local, sino nacional, tenga impacto, incorporando nuevas áreas a la producción y genere empleo para la gente», sostuvo.
Finalmente, comentó que la firma Greenlife es una empresa formada recientemente en Estados Unidos, vinculada con las energías alternativas o renovables, como el biodiesel.
Por su parte, Bayúgar agregó que la empresa está definiendo si funcionará dentro o fuera de la zona franca, lo que regirá sus obligaciones tributarias.

FUENTE:DIARIO LA NUEVA PROVINCIA
WWW.LANUEVA.COM.AR

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