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Biodiesel, del poroto de soja al surtidor

Carlos St. James, titular de la Cámara Argentina de Energías Renovables, explica el potencial del nuevo combustible. El energético fabricado con el aceite de la oleoginosa será utilizado para cortar el gasoil -en proporción del 5%- desde abril. Son inmensas las perspectivas de un negocio donde la Argentina es líder mundial.

Millones de hectáreas de campo fértil y una abundante producción de soja hacen de marco perfecto para la creciente producción de biodiesel en la Argentina. Un negocio que, desde este año, debe multiplicar su producción para abastecer al mercado interno y también al internacional. Carlos St. James, titular de la Cámara Argentina de Energía Renovable (CADER) remarca las características de una actividad aún en pañales.

-¿El biodiesel reemplazará algún día a los hidrocarburos?

-La respuesta es no. Nadie pretende que sea así. La materia prima para el biodiesel son los aceites de soja y no hay suficiente en todo el mundo para reemplazar el stock de gasoil. Los números no dan.

-¿El corte del 5% del gasoil con biodiesel fue consensuado con la Cámara?

-Esa ley es la 26.093 del 2006. La Cámara nuestra no existía entonces. Pero se debatió durante varios años para llegar a eso. Recién ahora se plasma.

-¿Por que demoró tanto la implementación?

-El Gobierno le dio cuatro años de plazo a las industrias del sector privado para organizarse. Se está inventando una industria totalmente nueva. Como cada país está haciendo lo mismo, no hay de quién tomar un modelo. Argentina está bien, quizás un par de años atrasado, pero no por mucho.

-¿El techo de corte del 20% en el gasoil obedece a la capacidad de producción argentina?

-A nosotros nos alegró esa meta fijada por el Gobierno. Representamos a la industria y queremos alentarla lo más que se pueda, especialmente a las pymes. Son las que generan la mayor cantidad de puestos de trabajo y diversifican el riesgo geográficamente. Lo apoyamos completamente. Se irá incrementando en la medida que haya más producción o plantas.

-¿La infraestructura argentina está en condiciones de alcanzar el piso del 5%?

-El nivel del 5% requiere una producción de 800.000 toneladas anuales de biodiesel, y en Argentina ya tenemos generadas 2 millones de toneladas, así que tranquilamente podríamos tener un corte del 10%. Estamos bien, pero la producción se ha estado exportando, casi toda a Europa. Ahora se redireccionará, quedándose en el país.

RUMBO A EUROPA

-¿Cuánto de la producción nacional viaja rumbo a Europa?

-El 95% de la producción de biodiesel de Argentina se exporta a Europa. Es importante que comencemos a diversificar y buscar nuevos mercados.

-¿Por qué Europa critica la política del gobierno argentino en materia de biodiesel? (Lo acusó de desleal por cobrarle menos retenciones a los exportadores de biodiesel que a quienes exportan el poroto sin procesar)

-Los europeos tienen una gran cantidad de plantas paradas, y es culpa de su mala planificación. Están buscando cómo reactivar su industria y para eso necesitan parar a quien más biodiesel le suministra. Hay una gran cantidad de combustible a buen precio y de gran calidad que está ingresando desde nuestro país. Ellos dicen que hacemos competencia desleal y amenazan con acudir a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

-¿Existe algún mercado secundario para el producto argentino?

-Hoy en día Estados Unidos sería el segundo mercado. Tenemos el sueño de China, pero es difícil entrar porque prefieren instalar sus propias plantas. El mercado chileno también tiene potencial porque ellos cuentan con el requisito de comenzar a utilizar energías renovables y no producen soja. Canadá y algunos países de Asia también podrían ser un destino.

-¿Cuáles son las dificultades que la industria encuentra hoy en día en la Argentina?

-Es algo nuevo, así que puede darse algo en temas de logística. Luchamos mucho para que las pymes sean las que puedan solventar el cupo nacional. El tema es que las plantas grandes, ubicadas en la provincia de Santa Fe, están diseñadas para exportar su producción a Europa. Las plantas chicas -50.000 toneladas al año- están mejor diseñadas para suplir el cupo nacional. Esas plantas están distribuidas en todo el país, así que cada compañía petrolera que haga el corte del gasoil tendrá que resolver los problemas de logística.

LA CAPACITACION

-¿Cómo está la Argentina en materia de capacitación universitaria para los profesionales?

-La Universidad Tecnológica Nacional (UTN) lanzó una maestría en energía renovable que abordará todas las fuentes del sector. Es un tema enorme porque hablamos de energía eólica, solar y biocombustibles. En Europa hay maestrías específicas sobre energía solar o eólica. Nosotros recién estamos sacando algo que es general y amplio, lo cual también es apropiado.

-¿Hay suficiente difusión del tema entre los consumidores?

-No, también hay que educar al público, que no está al tanto del tema cuando compra gasoil cortado con biodiesel. Van a surgir muchas preguntas acerca de si este combustible le dañará el motor y cosas así. Estamos atrasados en esto. Tenemos que hacer una campaña amplia para decirle a la gente que esto que está pasando es bueno y no afecta el motor en lo más mínimo.

-¿Qué rol juega el Estado en el desarrollo de la industria del biodiesel?

 -Esa ley, la 26093, tiene como espíritu fomentar a las pymes. Uno reconoce que una planta chica nunca será tan eficiente como una grande, y sin embargo la idea es diversificar las plantas pymes para que se instalen en todo el país.

-¿Hay exenciones impositivas para las pymes?

-Ahí es donde el tema se complica. Cuando uno quiere poner una planta de biodiesel debe registrarse en la Secretaría de Energía. Ahí dan dos opciones: o se instala para exportar o para suministrar al mercado doméstico. Una de las tantas fallas de la ley es que al que produce para exportar no le dan ningún incentivo fiscal, pero para el mercado local sí hay incentivos. Lo raro es que desde el 2006 todas las plantas del país optaron por exportar porque aunque no tienen ningún incentivo, las restricciones que pone el gobierno en el mercado local son muy difíciles.

-¿Y cómo se cumplirá entonces con el cupo del 5%?

-Todas las plantas están habilitadas sólo para exportar. Por eso cuando salió esto del cupo tuvieron que hacer una excepción. El gobierno hizo contratos de un año con las empresas porque ninguna califica para el mercado doméstico.

-¿Se espera el desembarco de inversiones extranjeras?

-La próxima ola de inversión será en las plantas más chicas para el cupo.

Subir del 5 al 20% demandará mucho dinero. Creo que igualmente las plantas chicas serán de capital nacional, mientras que las grandes tienen inversores extranjeros. Argentina tiene de bueno que es la industria de biodiesel más exitosa del mundo. Fue bien organizado: primero la exportación y ahora el mercado doméstico.

Por Gustavo García

Fuente: La Prensa

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