biocombustibles

Biodiesel en Paraguay

Biodiésel deja G. 48.000 millones/año.

El aditivo de apenas 1% de biodiésel, que es el porcentaje exigido por ley para la mezcla con el gasoíl, permitirá que queden en el país unos G. 48.000 millones por año (US$ 10,1 millones) a favor del sector productivo.

Petropar prefiere pagarle esta cifra a PDVSA, antes que cumplir con la ley que fomenta la generación de empleos y reduce la dependencia de la importación.

La mezcla con el gasoíl de esta gotita de biodiésel de la probeta de la izquierda, que representa 1% del aditivo, equivalen G. 48.000 millones al año que quedan en el país.

La gotita del 1% que implica la mezcla de biodiésel con el gasoíl, exigida por la Ley Nº 2.748/05, equivale a G. 48.000 millones  al año, que ingresarán directamente a favor de la economía paraguaya.   

Con solo cumplir con la ley se estará registrando un importante movimiento de generación de mano de obra, nuevas industrias, incentivos a más  rubros agrícolas, como el caso de la jatropha, y la posibilidad de reactivación de fábricas aceiteras paradas, entre otros tantos beneficios para este país tan carenciado. Favorecería, igualmente, a la disminución de la exportación de soja en granos, obteniendo así un mayor valor agregado de nuestra materia prima y la consecuente mejoría de la economía nacional.   

Un impacto mayor

Si la incorporación del aditivo de biodiésel al gasoíl asciende a la meta inicial del 5%, como  máximo  previsto en la actual legislación, podría representar una inyección económica a favor del país de unos G. 240.000 millones  al año, unos US$ 50,8 millones al cambio actual. Y nuestro país tiene la capacidad instalada para producir este volumen, solo falta voluntad política del Gobierno para generar más empleos a través del biocombustible.

Al respecto, tanto Argentina como Brasil, países productores de petróleo, se encuentran aplicando en este momento una mezcla de biodiésel al 5%, lo que evidencia su alto compromiso en favor de los intereses nacionales, generando trabajo en el campo  y  favoreciendo el medioambiente, lo que    lamentablemente no vemos en Paraguay. 

A nivel local, Petropar, la mayor importadora de gasoíl del mercado,  y que en la práctica mantiene el monopolio de hecho en este combustible, viene haciendo todo lo posible para desalentar la producción. Es más, está a punto de entregarle “el certificado de defunción” a esta industria.

Primero, culpó a las industrias procesadoras de biodiésel que le entregaron  un mal producto, acusación que rayó  el dolo, ya que quedó demostrado que hubo mala praxis, pero de los funcionarios de Petropar en la realización de la mezcla y no en el producto en sí. Luego, en una suerte de chantaje, advirtió a las industrias de la próxima modificación unilateral del precio,  que creemos  jamás le impondría a PDVSA, por ejemplo.

Por Nacha Sánchez

Fuente: ABC

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