politica y economia

Elecciones en Estados Unidos y negocios en Argentina

#Trump vs. #Clinton.Este martes se define quién llegará a la #CasaBlanca. Es que #DonaldTrump no sólo amenaza con ponerle fin al acercamiento político. También hay en juego millones de #dólares en #exportaciones de #vinos, #biodiesel y #carne.

Tras recuperarse de manera sorprendente luego de los escándalos por las denuncias de supuestos casos de acoso sexual, Donald #Trump está confiado en que dará el gran batacazo el día martes, cuando se defina el nombre del futuro presidente de los #EstadosUnidos.Si algo ha marcado a esta campaña es la gran volatilidad: #HillaryClinton venía pisando fuerte hasta que el anuncio de la reapertura de una investigación por parte del #FBI acerca de correos electrónicos que habrían comprometido la seguridad nacional.

Pero ahora estaría encontrando algo de oxígeno: 37 Estados del país del norte permiten lo que se llama “votación temprana”, un régimen a través del cual han emitido su voto más de 34 millones de personas, equivalente a un 25% del padrón.

Y los datos tentativos estarían arrojando señales positivas para la candidata demócrata, que se estaría imponiendo en las grandes ciudades donde hay una mayor predominancia de electores de origen latino.

El macrismo claramente ha tomado partido en favor de Clinton. Y se ha encargado de manifestarlo cada vez que algún funcionario de primera línea tuvo oportunidad de hacerlo.

Luego de haberse desatado la “Obamamanía”, el Gobierno se mantuvo firme en la decisión de cerrar numerosos acuerdos de cooperación con el objetivo de reactivar la relación bilateral.

Este acercamiento político es clave para el macrismo, porque puso fin a una crisis bilateral que se inició en 2005, cuando el entonces presidente Bush sufrió el rechazo por parte de Néstor Kirchner y de todo el “eje Caracas” a la propuesta del ALCA.

Pero no es sólo una cuestión de “feeling” o “simpatía”. En el macrismo están convencidos de que un alineamiento con esta potencia demostró tener efectos beneficiosos a la hora de acercar a la Argentina a los mercados financieros internacionales.

También, el Presidente, así como los ministros Francisco Cabrera y Susana Malcorra, entienden que esta “sociedad” terminará cristalizándose en mayores inversiones. Se habla de 400 empresas de capitales estadounidenses que tienen planes de desembolsar más de u$s13.000 millones en los próximos cuatro años.

La firma de numerosos pactos bilaterales en los últimos meses siempre estuvo acompañada por frases de una elevada carga emotiva y emocional, con las cuales los funcionarios y hasta el propio Macri ensalzaron a la candidata demócrata y criticaron sin reservas a Trump.

Es que, para el Gobierno argentino, la continuidad del proceso iniciado por Barack Obama es la única garantía de que muchos de los acuerdos cerrados en lo que va de 2016 tengan posibilidades reales de concreción.

Es decir que la mayoría de las iniciativas en áreas como migraciones, comercio bilateral e inversiones, dependen de que la “aliada” de Macri se imponga en las urnas.

Sin embargo, quedó claro que el repunte del candidato republicano agrietó la confianza, no sólo en el búnker de Clinton, sino también dentro de las filas del macrismo.

Malcorra, de hecho, pareció abrir el paraguas al afirmar que si era el magnate el que finalmente se imponía, la Argentina se tendría que “adaptar”.

Pero la preocupación es compartida también por analistas y empresarios, que asocian un eventual avance de Trump con profundos cambios en la relación bilateral.

Las contras de lo que piensa Trump

Una de las bases sobre las que Trump basó su campaña fue la de un mayor proteccionismo para favorecer a la industria estadounidense.

Si bien su discurso siempre se enfocó en el ataque de las importaciones de artículos chinos y mexicanos, lo cierto es que hay temor de que este enorme mercado sufra un paulatino proceso de cierre, mediante aranceles o trabas pararancelarias.

“Si gana Trump y hace lo que anticipó, entonces Estados Unidos va a experimentar un fuerte cambio en su política exterior”, afirma Marcelo Elizondo, consultor y ex director ejecutivo de Fundación Exportar.

“El candidato republicano siempre se mostró como un enemigo de los acuerdos de libre comercio y ha dejado en claro, en más de una oportunidad, su preferencia por políticas de tipo proteccionistas y aislacionistas. Estas, de por sí, no son buenas señales para la Argentina”, afirma Elizondo.

El economista Pablo Rojo coincide: “En términos de flujos de comercio e inversiones, sin dudas que Hillary es una candidata más conveniente a los intereses del actual Gobierno, porque hay una agenda compartida”.

En tanto, Miguel Ponce, experto en comercio exterior, explica que el mercado de Estados Unidos se había convertido en una de las grandes apuestas para el macrismo.

En lo que va del año, las exportaciones hacia ese país alcanzan los u$s3.200 millones, un 30% por encima de igual lapso del año pasado, gracias principalmente al fuerte empuje del biodiesel con sello argentino, producto para el cual Estados Unidos representa el destino número uno.

Según datos del INDEC, Estados Unidos equivale, en lo que va del año, al 7% de todas las exportaciones, casi 2 puntos por encima del nivel que se observaba en 2015.

Y hay otro dato a favor: el fuerte achicamiento del déficit comercial.

Entre enero y septiembre, el rojo en contra de la Argentina se redujo hasta los u$s1.850 millones, un déficit casi 45% menor al que se registraba en igual lapso del período anterior.

Al analizar la canasta de productos exportados con sello nacional se observa una gran diversificación.

El biodiesel hoy ocupa el primer lugar, pero luego se suman otros bienes con valor agregado como aleaciones de aluminio, vehículos, vinos y jugos, por nombrar algunos de los artículos que figuran entre los 25 más demandados por ese país.

Una eventual llegada de Trump plantearía nubarrones para la actividad del biodiésel argentino.

Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles, enfatiza que el candidato republicano tiene «una visión mucho más a favor de la industria del petróleo».

El mercado de este combustible renovable en Estados Unidos, depende mucho de las políticas de beneficios fiscales para incentivar el corte con gasoil.

“Lo que va a suceder el año próximo es una gran incógnita. Para que 2017 sea positivo para la industria del biodiesel en la Argentina, deberían mantenerse las condiciones actuales en el mercado estadounidense”, afirmó.

Actualmente, el comercio de biodiesel en EE.UU. se sostiene –en parte- gracias a créditos fiscales. Uno de los problemas es que está habiendo un fuerte lobby por parte de productores de bio de ese país para que dichos beneficios no lleguen a los que realizan el corte sino a los propios fabricantes de ese combustible. Esto, de suceder, podría dejar fuera del negocio a la Argentina.

Por eso preocupa no sólo la mirada “pro petrolera” de Trump, sino también la posibilidad de que se altere el actual esquema fiscal.

De las 2,5 millones de toneladas que se producirán este año, según Molina, 1,5 millón se destinarán al mercado externo. Y, de ese total, cerca del 95% tendrá como destino al país del norte.

El otro problema es que, pese al compromiso de la Unión Europea de levantar las trabas al ingreso de biodiesel nacional, esto todavía no se plasmó en los hechos. De modo que un ascenso de Trump hoy es visto como una gran amenaza para el negocio, por el peso que tiene ese mercado para la industria del «bio» nacional.

En el caso de los vinos, Estados Unidos también es el principal destino. En lo que va del año, las exportaciones superan los u$s200 millones, una cifra nada desdeñable.

En diálogo con este medio, Javier Merino, director de la consultora especializada Área del Vino, destaca que hoy la Argentina es el cuarto proveedor de ese país, por detrás de Francia, Italia y Australia.

El experto advierte que, en una eventual nueva etapa política y de avanzarse en medidas proteccionistas para alentar la producción local de vinos -cuya base principal está en el Estado de California- los efectos se harán notar en la industria vitivinícola argentina.

“Cualquier traba comercial que pueda originarse, como una suba de aranceles o la aplicación de barreras pararancelarias, resultaría muy nocivo para nuestro país”, afirma, en un contexto en el que otros mercados clave para la Argentina, como Brasil, están prácticamente planchados.

El sector que se juega a tener un buen 2017 es la de la carne, dado en un par de meses se reanudarán, tras casi 15 años de trabas, las exportaciones de cortes vacunos a los Estados Unidos.

Fuente: Jornada online

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